miércoles, julio 19, 2006

Iniciacíón Musical


Por Hilario de Mena. "Teniendo como objetivo primario de nuestra educación el niño: ser físicamente activo, inquieto, emotivo que aprende a estar seguro alrededor de aquellos que ama, padres, maestros… ¿Cómo y cuando comienza la enseñanza musical, la iniciación musical?. Podemos decir de inmediato que en el hogar. La madre. ¿Cómo?. El órgano auditivo constituye una de las fuentes de sensaciones más ricas y variadas para el recién nacido. Aún antes de que se establezcan sus primeras y más elementales relaciones con el ambiente a través de los sentidos de la vista y el tacto, llegan al niño los sonidos y ruidos más diversos: voces, sillas que se arrastran, objetos que se caen y chocan entre sí, pisadas, golpes de puertas que se cierran y se abren anunciando a la madre o a la persona que viene a ofrecerle alimento o compañía. Forman también parte esencial de este ambiente sonoro las canciones y melodías que la criatura escucha con verdadero entusiasmo. No es difícil apreciar los efectos beneficiosos que produce esta primera audición musical en el niño, puede notarse inmediatamente un estado de excitación general que se manifiesta con movimientos de brazos piernas, sonrisas, etc. Si por el contrario el niño se encontrara intranquilo, agitado y lloroso la música actúa como un verdadero sedante portador de equilibrio. El oído, el ritmo, el interés musical que manifiesta el niño de tres años, es un la mayoría de los casos reflejo de la musicalidad natural y activa de su madre o de las personas que lo rodean y no un producto de la herencia o de las meras aspiraciones que pueden alimentarse respecto de las condiciones musicales de la criatura. En definitiva los niños a quienes se les ha cantado asiduamente durante la primera época de su vida demostrarán pronto mayores probabilidades musicales que otros a quienes les ha faltado esta experiencia o estímulo. Entre las pequeñas melodías que desde hace siglos se utilizan para jugar con los niños de corta edad, encontramos: - Canciones para mover las manos. - Canciones para contar los dedos. - Canciones para cabalgar sobre las rodillas de otra persona. - Canciones para dar palmas. - Canciones para mecer y acunar. Todo este juego musical y educativo que hemos venido describiendo hasta aquí, es a menudo realizado de forma espontánea por las madres o por las personas que se encuentran a cargo del niño. Para llevar a cabo esta tarea no es necesario poseer una cultura especial, puesto que la menor o mayor facilidad que puede tenerse para ello no depende del grado de cultura del individuo. Es ésta, una cuestión que tiene que ver con la sensibilidad que se posee en relación al niño y al mismo tiempo, en relación a la música, doble condición que puede darse hasta en la persona menos preparada. Poco más adelante, cuando el niño ya es capaz de trasladarse de un lugar a otro y cuando comienza, por otra parte a construir sus primeras frases, se muestra también más activo y no solamente receptor en el aspecto musical. Tienen lugar entonces sus primeros ensayos vocales conscientes, los cuales tenderán a reproducir la melodía que el pequeño siente como más familiar. A partir de algo que, a veces, no es más que el intervalo formado por los sonidos iniciales de la canción y que durante cierto tiempo el niño suele repetir con insistencia, este logrará construir paulatinamente un diseño melódico cuyo sentido no escapa a la persona que ha seguido de cerca y con interés la evolución de sus experiencias vocales… Más tarde cuando, la criatura siente que puede manejar su voz, le veremos complacerse con realizar los más variados arabescos. Nos referimos a las características improvisaciones, con las palabras, que desde los dos años o aún antes oímos en boca de casi todos los niños. Diremos finalmente, en relación al ambiente sonoro del niño pequeño, que conviene cuidar y tener en cuenta la calidad sonora de los sonajeros y juguetes musicales que se ponen en sus manos. En los países que confieren especial importancia a la educación auditiva infantil (Inglaterra, Alemania, …) se ha llegado a reglamentar la fabricación de los juguetes sonoros e instrumentos en miniatura. De este contacto natural y espontáneo con la música, el pequeño pasará sin darse cuenta, cuando la madurez lo permita, a las actividades colectivas y toda otra que exija un manejo más consciente de los elementos musicales". 

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